02 noviembre 2009

Colombia denuncia la contribución de la droga a la destrucción del bosque

visto en adn.es

El ministro de Ambiente de Colombia, Carlos Costa, denunció hoy en Londres el "efecto destructor" de la producción de droga sobre la selva amazónica ya que tiene lugar en sitios cada vez más remotos y alejados de todo control.

Un estudio indica que por cada gramo de cocaína se destruyen cuatro metros cuadrados de bosque, declaró a EFE el político colombiano, según el cual el cultivo de droga está "destruyendo la biodiversidad amazónica".

Ello es especialmente grave desde el punto de vista medioambiental habida cuenta de que "la deforestación contribuye al 20 por ciento del efecto invernadero" en todo el mundo, dijo Costa.

El ministro abogó consecuentemente por una responsabilidad compartida entre países productores y consumidores porque son, dijo, "las dos caras de una misma moneda".

El consumo de drogas va por ello "mucho más allá del asunto personal consistente en decir: yo me drogo y es mi problema", señaló el ministro, cuyo programa de trabajo en Londres incluye entrevistas con el ministro del Medio Ambiente y Asuntos Rurales, Hilary Benn, y la responsable para temas de cambio climático, Joan Ruddock.

Además de conversar con directivos de la Universidad de Cambridge, un centro líder en temas relacionados con el cambio climático, entregará al ministro de Estado responsable de la lucha contra el crimen, Alan Campbell, unas cartillas virtuales en inglés para que los niños británicos aprenden los daños que la cocaína causa al medio ambiente.

En relación con la próxima cumbre de Copenhague sobre el cambio climático, Costa afirmó que Colombia ha asumido ya de modo autónomo un "fuerte compromiso de conservar la Amazonía".

"El cincuenta por ciento de nuestro territorio lo forman bosques y es decisión del país tratar de conservarlo lo mejor posible", dijo el ministro.

"Nuestra amazonía está altamente protegida ya que el 70 por ciento es reserva forestal - es decir que sólo pueden llevarse a cabo allí actividades forestales- y el 15 por ciento son parques nacionales", agregó

"Queremos declarar un parque nacional nuevo, el de Apaporis, con un millón de hectáreas, y ampliar otro de los existentes, el de Chiribiquete", precisó el ministro.

Preguntado por el impacto negativo de las actividades de la guerrilla en esa labor de protección de la masa forestal por el Estado, Costa dijo que "la guerrilla está cada vez más debilitada y no puede recuperar el control de los parques".

"Ello se refleja en que cada vez hay más visitas a los parques, y en este momento son muy pocos los sitios del país que no puedan visitarse, aunque en algún caso haya que hacerlo con acompañamiento del Ejército si hay peligro", explicó el político, quien agregó que "la guerrilla está siempre huyendo, cambiando de lugar".

En referencia al compromiso que puedan asumir los países en desarrollo en la lucha contra el cambio climático, reiteró que "Colombia está haciendo esfuerzos muy importantes para controlar nuestras emisiones (de CO2) y nuestra deforestación sin necesidad de compromisos y obligaciones" de carácter internacional.

"Para que esos compromisos sean cuantificables y vinculantes, tiene que haber un compromiso financiero para asegurar los recursos necesarios para el cumplimiento de esos objetivos", señaló.

"Actualmente - dijo- tenemos en Colombia un programa muy interesante de familias guardabosques, dotado con 400 millones de dólares de recursos propios para compensar a las familias que viven en la zona de bosques".

"Está destinado al control de la producción de drogas y al de los bosques. Queremos que una vez erradicados los cultivos ilícitos, las comunidades que viven allí se comprometan a que esa zona recuperada sea exclusivamente para bosque natural", señaló.

"El presupuesto nacional de la Unidad de Parques ha triplicado - de tres a casi nueve millones de dólares al año- el dinero destinado a fortalecer su capacidad de controlar los bosques", dijo Costa.

Asimismo mencionó la nueva ley de régimen sancionador ambiental que permite, según dijo, "confiscar bienes obtenidos o empleados en la comisión de delitos ambientales: es decir no sólo la madera extraída sino también el camión, la motosierra y otras herramientas que hubiesen podido utilizarse".

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