En la publicación, la FAO hace un llamamiento a los gobiernos, sus socios para el desarrollo, la sociedad civil y el sector privado para ayudar a canalizar más apoyo a las organizaciones de productores forestales y agrícolas y mejorar su capacidad para desempeñar un papel clave como actores del desarrollo global sostenible.
"A través de la prestación de servicios a sus miembros, su contribución a la economía local y una mayor participación en la formulación de políticas, estas organizaciones realizan una aportación sólida a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, beneficiando no sólo a sus miembros, sino también a la población y al planeta en general", señaló Jeffery Campbell, del Departamento Forestal de la FAO y responsable del Mecanismo de Bosques y Fincas, una agrupación de diversas organizaciones, conocida por sus siglas en inglés FFF (Forest and Farm Facility).
Las organizaciones de productores forestales y agrícolas son asociaciones formales o informales creadas por sus miembros para poder hacer frente a sus propias necesidades.
La publicación analiza una serie de ejemplos de todo el mundo que muestran cómo varias organizaciones de este tipo están teniendo éxito en ayudar a las comunidades rurales a fortalecer sus propios medios de subsistencia y seguridad alimentaria.
En Zambia, las asociaciones de distrito animan a los agricultores a integrar la plantación de árboles en sus actividades agrícolas. Además de reducir la tasa de deforestación nacional -que es una de las más altas del mundo, con más de 250 000 hectáreas por año- ello les permite acceder a nuevas fuentes de ingresos. Los pequeños campesinos pueden producir frutas para ayudar a mejorar la nutrición familiar, venderlas para lograr ingresos adicionales o establecer pequeñas parcelas forestales para obtener combustible para cocinar y forraje para los animales, ahorrando el tiempo que hubieran dedicado a la recolección de leña.
En Bolivia, los miembros de una asociación de pequeños y medianos productores de maníes, café y otros productos orgánicos cooperan para poder cultivar sin necesidad de utilizar sustancias químicas, permitiendo que sus productos estén certificados como "orgánicos" y puedan obtener así precios más elevados. La asociación busca constantemente ampliar la gama de frutas y frutos de cáscara que comercializan, dando a los agricultores nuevas opciones para diversificar los ingresos y conseguir mayor valor añadido. La agrosilvicultura orgánica ayuda también a proteger los bosques secos tropicales, evitando prácticas agrícolas que son perjudiciales para el medio ambiente.
La producción de madera de acacia en Viet Nam demuestra cómo una organización de productores forestales y agrícolas puede desarrollar un próspero negocio. Inicialmente, los miembros del grupo se reunían para compartir información: carecían de dinero para invertir en el procesado, vendían la madera de forma individual a intermediarios locales, y obtenían escasos beneficios.
Pero a través del Mecanismo de Bosques y Fincas, los miembros aprendieron sobre el análisis y desarrollo de mercados, transformación de la madera y la elaboración de propuestas de subvención para acceder a los fondos de desarrollo. Visitaron empresas forestales exitosas en otros lugares en Viet Nam y se reunieron con autoridades gubernamentales a todos los niveles. Como resultado de esta formación y el contacto con el mundo empresarial, los miembros decidieron iniciar una actividad conjunta. Finalmente, agruparon juntos sus recursos e invirtieron en un aserradero. Siete meses más tarde, las familias participantes han visto crecer sus ingresos hasta en un 10 por ciento.
La publicación "Organizaciones de productores forestales y agrícolas: Sistemas operativos para los ODS" ha sido realizada por la FAO en cooperación con AgriCord, una alianza de las agencias de desarrollo establecida por organizaciones de agricultores profesionales en Europa, Canadá, África y Asia; con la contribución del Mecanismo de Bosques y Fincas y la Alianza Internacional de la Familia Forestal (IFFA), una red de organizaciones nacionales de propietarios forestales.
Fuente: FAO