15 julio 2011

Municipios forestales defienden que «si el que contamina paga, el que limpia debe cobrar»

visto en nortedecastilla.es

El Centro Nacional de Formación Ocupacional de El Espinar ha acogido uno de los talleres organizados por la Red Española de Municipios Forestales (Remufor), nacida hace poco más de un año, para poner en valor el patrimonio natural y convertirlo en motor de desarrollo de los pueblos.
El encuentro forma parte de la gira que realizarán por los 15 municipios que integran la Red, entre ellos El Espinar como socio fundador. La organización está elaborando un libro blanco sobre nuevos modelos de gestión forestal en el que se incluirán informes de expertos y propuestas para mejorar la administración de los bosques. En la actualidad, «técnicamente se está haciendo un buen trabajo con los medios de los que se dispone», señaló Fernando Pradells, director-gerente de Remufor, pero «esa gestión debe integrarse más dentro de la estrategia de desarrollo rural de los pueblos», añadió. Así que el principal reto hoy por hoy es que las masas forestales sean un acicate para el crecimiento socioeconómico de los municipios en los que se enclavan, porque «actualmente están muy desconectados de las políticas de desarrollo rural a nivel local y eso hay que potenciarlo», destacó Pradells.

La mayor superficie
Desde Remufor se valoran positivamente iniciativas como la propuesta de los pagos por servicios ambientales, en estudio actualmente, ya que siguen la máxima de que «si el que contamina paga, el que limpia debe cobrar». Para justificarlo utilizan la estadística. Los bosques de Castilla y León, por ejemplo, constituyen la mayor superficie forestal de España y son los que más CO2 captan en todo el territorio nacional, doce millones de toneladas anuales, con lo que contribuyen a reducir la contaminación y luchar contra el cambio climático, algo que debería tenerse en cuenta y pagarse, según la Red Española de Municipios Forestales, que considera necesaria una respuesta innovadora a la labor de limpieza del aire y descontaminación que realizan las masas forestales sin renunciar a percibir las posibles compensaciones económicas que se deriven de esta aportación.
En cualquier caso, el director-gerente es consciente de que «el problema que tenemos con los montes es que tienen un valor muy elevado, pero ese valor no tiene precio».
El desarrollo de mercados bioenergéticos locales y comarcales es otro de los desafíos de futuro.

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