07 julio 2011

El monte rentable es la mejor forma de luchar contra los incendios forestales

Existen diferentes maneras de luchar para evitar los incendios forestales, pero hay una que siempre ha sido y será la más eficaz, y que apenas se pone en práctica: hacer del monte una unidad económica rentable. Algo factible, pero que requiere una política forestal pública activa y una fiscalidad forestal atractiva para el propietario forestal, que propicie la inversión y el cuidado del monte. Lamentablemente pocas administraciones públicas han escogido este camino para fomentar la gestión forestal sostenible.

“Los montes no arden solos”, afirma Carlos del Álamo, Decano del Colegio de Ingenieros de Montes. “Alguien los quema, bien de forma intencionada o bien por negligencia”. Según Del Álamo, “el rayo, el incendio natural, es responsable únicamente de la aparición de, como mucho, el 5% de los incendios forestales”. El resto es causa del factor humano.

No se puede responsabilizar al monte de la aparición de incendios forestales. “El daño por incendio forestal –recuerda el Decano del Colegio de Ingenieros de Montes- es un producto de la actividad incendiaria y de la dimensión que alcanza el incendio en base a diferentes factores: biomasa, humedad, temperatura y velocidad del viento, entre otros”.

Para los Ingenieros de Montes la mejor prevención es el uso y la gestión sostenible del monte. Por eso “debemos empezar por reconocer el trabajo en favor del bienestar de nuestra sociedad que realiza el propietario forestal: no sólo es responsable de la conservación de un bosque que es fuente de vida y biodiversidad, sino que favorece el desarrollo económico y la creación de empleo”. Las trabas legales y administrativas que se imponen hoy en día al selvicultor para aprovechar sus montes, dificultan mucho la gestión sostenible y el desarrollo económico de las comarcas forestales de nuestro país. Ello provoca un menor rendimiento del mismo y, por tanto, un abandono paulatino del esfuerzo por la conservación del monte y de la prevención de los incendios forestales.

“Desde el Colegio de Ingenieros de Montes -expone Carlos del Álamo- defendemos una acción forestal que ponga en valor los servicios ambientales del monte vinculados al uso público y las materias primas forestales para la industria forestal, que evite la aparición de incendios forestales, así como una vigilancia disuasoria que evite la acción incendiaria en el monte”.

Es muy importante la inversión económica de las administraciones públicas en la prevención y extinción de incendios forestales, pero nunca será suficiente y, por tanto, en estos momentos, hay que implicar e incentivar a los propietarios de montes, que en nuestro país, se estiman en cuatro millones de personas en la defensa y prevención de los riesgos de incendios en los montes.


Los primeros meses de 2011

El Boletín Mensual de Estadística del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino deja clara la tendencia a la que nos enfrentamos este verano: aunque las cifras sobre los incendios producidos en los primeros meses del año no alcanzan la media del decenio pasado, nos encontramos ya por encima de los porcentajes de 2010, si bien existe un cariz positivo en estas cifras: hasta el 31 de mayo de 2011 se han producido 3.195 conatos de incendios -882 más que en el mismo periodo que el año anterior-, pero en cambio la cifra de incendios de más de 1 hectárea es inferior a la de hace un año. Un total de 198 incendios más se produjeron en los mismos meses en el año anterior, lo que significa que esos conatos de incendios han podido extinguirse antes de que sus dimensiones lo convirtieran incendio forestal. En resumen, y a pesar de la rápida solución de los mismos, 685 siniestros totales de diferencia con respecto al mismo periodo del año pasado sugieren que los próximos meses de calor no serán tan benevolentes con nuestro entorno natural como hace un año.

A esta tendencia hay que añadir una mala noticia para nuestros montes: la reducción de inversión en prevención de incendios que se ha producido durante el invierno pasado y esta primavera motivada por la falta de recursos como consecuencia de la crisis económica deja nuestros bosques menos protegidos ante posibles focos de fuego. Se ha producido una disminución notable de trabajos de conservación y limpieza de nuestros montes que resulta imprescindible en la prevención contra incendios.

La previsión meteorológica no anima mucho: a pesar de que a lo largo de los próximos tres meses se producirán previsiblemente más precipitaciones de lo habitual en el noreste peninsular, en la zona de Levante y en el archipiélago balear, lo cierto es que en el litoral andaluz y en el cantábrico, en las Islas Canarias y en Baleares se esperan temperaturas superiores a la media, según el pronóstico a largo plazo del ECMWF (Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo).


Lo que ocurrió en 2010

En el año 2010, tanto el número de conatos, como el número de incendios se hallaron muy por debajo de la media del decenio anterior (2000-2009): un 37% inferior el número de siniestros en general y un 44% inferior el número de incendios.




Fuente cuadros: MARM

http://www.marm.es/es/biodiversidad/temas/defensa-contra-incendios-forestales/Avance_a_30_de_abril_2011_sn_tcm7-157116.pdf

http://www.marm.es/es/biodiversidad/temas/defensa-contra-incendios-forestales/avance_informativo_2010___tcm7-146683.pdf

fuente de la noticia: Colegio de Ingenieros de Montes

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