28 junio 2011

Bosques y el desarrollo rural

visto en marm.es

El director general de Desarrollo Sostenible del Medio Rural, Jesús Casas, ha participado hoy en Tui (Pontevedra), en una charla coloquio para debatir las conclusiones de las jornadas “El Baixo Miño: encuentros y coloquios para la reflexión sobre los paisajes fluviales, su presente y su futuro”, organizadas por el MARM en el marco del Programa de difusión y sensibilización ciudadana en torno al Año Internacional de los Bosques 2011

Durante su intervención, Jesús Casas ha apuntado la necesidad de fortalecer las relaciones entre los bosques y el desarrollo rural, a través de políticas trasversales y territoriales vinculadas al ámbito forestal. Según ha asegurado Jesús Casas, “sería un error entender el uso forestal, que supone más del 50% del territorio de España, como algo ajeno a la realidad rural y al territorio”.

A este respecto, el Director General ha destacado la importancia de recuperar los usos forestales para aprovechar, en clave de sostenibilidad, las materias primas que producen los bosques. De esta forma, ha añadido Jesús Casas, se conseguirá devolver la vinculación social y afectiva de estos espacios con sus pobladores más próximos, asegurando así su conservación en el tiempo.

Igualmente, Jesús Casas se ha referido a la aportación de los ríos a la construcción de los territorios, no sólo como meros cursos de agua o elementos de distribución de recursos hídricos, sino principalmente como componentes vertebradores del medio rural, dada la vinculación de los ríos con los territorios situados más allá de los límites de las orillas o del dominio hidráulico.

A continuación, los expertos en ordenación y transformación del territorio que han participado por la mañana en el descenso fluvial-marítimo por la desembocadura del Miño, han ofrecido un análisis con sus observaciones sobre la evolución de los bosques y de los paisajes en ambas orillas del río.

Entre estas conclusiones, se ha señalado que el entramado fluvial y forestal, lejos de separar, constituye un elemento de unión entre los territorios de ambas orillas del Miño. Prueba de ello es que no hay gran diferencia de uso, gestión ni transformación del suelo entre las orillas española y portuguesa.

Asimismo, los expertos han explicado que las transformaciones productivas se han adaptado a las características del territorio, cuestión especialmente perceptible en la orientación de las líneas de viñedo que han sustituido a los bosques de ladera. En este sentido, también se ha comentado la viabilidad de plantear escenarios de restauración coordinada del bosque de ribera en ambas orillas, y su conexión con los sistemas productivos.

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