16 julio 2010

La producción de madera ilegal cae un 22 por ciento desde 2002, según estudio

visto en efeverde.com

Londres, 15 jul (EFE).- La producción global de madera ilegal ha caído un 22 por ciento desde 2002, después de más de una década de esfuerzos internacionales para frenar esta práctica y mitigar así el efecto de la deforestación en el cambio climático.

Esto es lo que afirma el informe "Tala Ilegal y Comercio: Indicadores de respuesta global", elaborado por Chatham House y que ha estudiado la evolución en Brasil, Indonesia, Camerún, Malasia y Ghana, que representan el 40 por ciento de la tala ilegal mundial.

"La vida de más de mil millones de personas, entre las más pobres del mundo, depende de los bosques, por lo que la reducción de la tala ilegal está ayudando a proteger su calidad de vida", aseguró el autor del informe, Sam Lawson, durante su presentación hoy en Londres.

Lawson explicó que la tala ilegal no es sólo un problema medioambiental, sino que también es un grave asunto social y político porque a menudo desemboca en "violencia, corrupción y conflictos sociales".

Según Lawson, el fenómeno se ha reducido en la última década alrededor de un 50 por ciento en Camerún, entre un 50 y un 75 por ciento en la Amazonía brasileña y más de un 75 por ciento en Indonesia.

Ello ha permitido evitar en esos tres países la degradación de más de 17 millones de hectáreas de bosque, un área superior a la extensión conjunta de Inglaterra y Gales.

También ha contribuido a frenar la liberación de 14.600 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, equivalentes a la mitad de las emisiones anuales provocadas por la acción humana en el mundo entero.

Lawson señaló que si no existiera la tala ilegal de bosques, los gobiernos de estos tres países habrían ingresado durante este año hasta 6.500 millones de dólares (5.072 millones de euros), más del doble de lo que el mundo entero gasta al año en educación primaria.

El estudio analiza además el recorrido de la madera ilegal desde Brasil, Indonesia, Malasia, Camerún y Ghana hasta su entrada en los mercados de los consumidores de madera más importantes del mundo -Estados Unidos, Japón, el Reino Unido, Francia y los Países Bajos-, así como su paso por los puertos y fábricas de China y Vietnam.

A pesar de la reducción de la tala global, el informe advierte de que todavía se desarrollan prácticas ilegales difíciles de detectar, como es el caso de las compañías con autorización para la tala que extienden su actividad más allá de lo permitido.

En 2008, las empresas de los principales países consumidores de madera adquirieron hasta 17 millones de metros cúbicos de madera ilegal por un valor de unos 8.400 millones de dólares (6.555 millones de euros), en forma de productos ya transformados, principalmente muebles fabricados en China.

Lawson abogó por medidas de control en los países productores y por la implementación de leyes en los países consumidores que prohíban expresamente la compra de madera ilegal.

En este sentido, alabó los avances impulsados por la Unión Europea gracias a la aprobación de los Acuerdos de Colaboración Voluntaria y el hecho de que EEUU aprobara en 2008 una ley que prohibía expresamente adquirir madera de procedencia ilegal.

Sin embargo, el autor del informe señaló que "no hay lugar para la complacencia" ya que todavía se venden al año 100 millones de metros cúbicos, aunque las importaciones de ese tipo cayeron un 30 por ciento entre 2004 y 2008.

"El esfuerzo conjunto entre países desarrollados y en vías de desarrollo para combatir la tala ilegal y mejorar la gestión forestal es la única vía para acabar con el problema", dijo Lawson. EFE

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