17 agosto 2010

Álamos para la seguridad alimentaria

visto en fao.org

4 de agosto de 2010, Roma - Alrededor de un millón de personas en el condado de Siyang, China, se están beneficiando de la capacidad de los bosques de álamo para rehabilitar las llanuras aluviales marginales y estabilizar las orillas de los ríos Amarillo, Huai y Yangtze. Hoy en día, las grandes hileras de álamos protegen a los campos en su día devastados por las inundaciones, el viento, las tormentas de arena y la erosión del suelo, promoviendo de esta forma las actividades agrícolas.

"Los álamos -añadió- crecen muy rápidamente y son increíblemente resistentes", afirmó Jim Carle, al frente del Equipo de Gestión Forestal de la FAO. "Pueden crecer de diversas formas e integrarse fácilmente con otros usos del suelo, resultando ideales para apoyar a la ganadería, agricultura, acuicultura, viticultura y horticultura".

Estos árboles multiuso pueden proporcionar material para elaborar refugios, cubiertas para sombra y viviendas, ofrecen protección para los cultivos, forraje para el ganado y son una fuente viable de bioenergía. El álamo es uno de los árboles que crece más rápidamente, con ciclos de producción de entre 5 y 15 años, y tiene numerosas aplicaciones. Cada vez se cultivan más álamos para la producción de energía forestal.

Al involucrar a los campesinos y pequeños agricultores de Siyang en nuevas actividades de generación de ingresos, el desarrollo de las industrias madereras y la consiguiente creación de empleo han contribuido a la mejora de la situación económica general de la región y al aumento de los ingresos per cápita de sus habitantes urbanos y rurales.

Clave para el éxito

Durante mucho tiempo Siyang ha considerado un ejemplo de la aplicación exitosa de la transferencia internacional de material genético, conocimiento científico y tecnología. La historia de la asociación cooperativa de Siyang data de la década de1970, cuando el condado importó por primera vez 32 clones de álamo de Italia, donde existían centros de investigación y desarrollo de estos árboles. Esta actividad, todavía en curso, fue facilitada por la Comisión Internacional del Álamo (CIA) de la FAO.

Con una superficie de más de 100 000 hectáreas de la superficie del condado, los álamos son hoy en día la principal especie arbórea en Siyang, aumentando su cubierta forestal de un 7 a un 47 por ciento en los últimos 30 años.

"Debido a la escala (de la actividad) y al rápido crecimiento de los álamos, pasó a convertirse en un gran programa de desarrollo rural que también ayuda a la seguridad alimentaria, a los medios de subsistencia y a usos alternativos del suelo, sobrepasando así las expectativas iniciales", explicó Carle.

Hoy en día China es el mayor productor mundial de álamos, seguido de Francia. La superficie de bosques de álamo y la silvicultura (que combina árboles con los cultivos o la ganadería) abarcan un área de unos 8 millones de hectáreas, 30 veces mayor que las zonas de plantaciones de álamos en Francia.

Ayuda para la agricultura

La agrosilvicultura a pequeña escala basada en los álamos ha transformado el paisaje convirtiendo las llanuras aluviales del Condado de Siyang en un mosaico verde repleto de actividad. La rápida descomposición de las hojas y el crecimiento de la biomasa han aumentado la fertilidad de un terreno antes arenoso y no siempre adecuado para el cultivo.

"Ahora la gente puede diversificar sus actividades", afirmó Alberto del Lungo, Oficial forestal de la Comisión Internacional del Álamo de la FAO. "Gracias a la compatibilidad del álamo con numerosos cultivos, los campesinos pueden ahora plantar trigo y maíz y multitud de cultivos hortícolas. Por ejemplo, los pequeños agricultores utilizan los plantones cortados de álamo para cultivar setas en sus invernaderos", explicó.

La madera como industria clave

Los álamos también proporcionan madera, fibra y leña para las industrias forestales. La madera de álamo es incolora, inodora e insípida, resultando muy adecuada para cajas de fruta, utensilios médicos, palillos, suelos y muebles, y para la fabricación de pulpa y papel.

La industria maderera de Siyang produce hoy en día casi un centenar de productos, entre los que se incluyen tableros de fibra, madera contrachapada, chapas decorativas y muebles. Actualmente hay más de 1 200 empresas madereras activas en la región que dan empleo a unos 50 000 trabajadores. La capacidad transformación de la madera de Siyang ha sobrepasado recientemente los 2 millones de metros cúbicos al año y sus productos se exportan a Europa, África y el Sudeste Asiático.

Sumidero de carbono

La agrosilvicultura basada en los álamos es una actividad beneficiosa por otro motivo fundamental: la retención del carbono es un servicio medioambiental crucial que ofrecen los álamos que tiene gran importancia para la mitigación del cambio climático.

Diversos estudios han demostrado que la agrosilvicultura ofrece oportunidades para crear sumideros de carbono sumamente eficientes. Y, según la FAO, en particular la combinación de álamo y trigo es un uso del suelo especialmente adecuado para aumentar la captura de carbono en las explotaciones agrícolas.

La "Gran Muralla verde" de China

El cultivo de álamos se ha popularizado en las plantaciones agroforestales y a pequeña escala en otras regiones de China. "Planta la montaña yerma con árboles, convierte al desierto que avanza en oasis" son frases con rima utilizadas por los defensores chinos del medioambiente en referencia a la Gran Muralla Verde de bosques de álamo y sauce, plantados para frenar la erosión del suelo y reducir la intensidad de las tormentas de arena.

Los pequeños campesinos de la arenosa región noroccidental de China obtenían escaso provecho de sus yermas tierras de cultivo y comenzaron a plantar álamos y sauces resistentes a la sequía para proporcionar sombra y cobijo frente a las tormentas de arena. Una vez que el avance del desierto se estabilizó, los agricultores comenzaron a cortar y vender madera para ganarse la vida, al tiempo que conservaban en su lugar las zonas verdes como protección.

Shi Guangyin, un agricultor de 67 años que ha luchado contra las tormentas de arena desde la infancia y que fue premiado por la FAO en 2002 como "campesino destacado" ha jugado un papel fundamental en este esfuerzo. En 1984 Shi se unió a otras familias rurales para fundar una sociedad para combatir el avance de la arena en su región mediante la plantación de árboles en 200 hectáreas de terreno. Hasta la fecha, su empresa ha movilizado más de 1,47 millones de dólares EE.UU. para plantar y reforzar 13 000 hectáreas de bosques en el Condado de Dingbian, en la Provincia de Shaanxi.

Una importante lección que aprender

"La plantación de álamos en China ha sido un éxito enorme", aseguró Carle. "China se ha convertido -señaló- en la pieza clave en el cultivo de álamos y actualmente está capacitada para transferir sus conocimientos y tecnología no sólo a otras partes de China sino también a otras regiones y territorios, como por ejemplo Asia Central".

"La CIA desempeña un papel fundamental en la mejora de los medios de vida de los agricultores. Fomenta la integración del cultivo de álamos en los sistemas agroforestales transfiriendo conocimientos y tecnologías de los países desarrollados a los países en desarrollo y apoyando a los responsables de las políticas, a los planificadores de estrategias y a los inversores en la puesta en marcha de plantaciones de álamos para contribuir a un desarrollo y uso del suelo sostenibles".

En reconocimiento del papel de los álamos en el desarrollo rural y para destacar el papel de catalizador realizado por la FAO, la CIA y la cooperación italiana, en Siyang se ha creado el único Museo del Alamo existente en el mundo. Su ubicación exacta coincide con el lugar en el que se plantaron en Siyang los dos primeros clones de álamo cedidos por Italia.

Basándose en la transferencia de tecnología proporcionada en los últimos 30 años por los miembros de la CIA -especialmente Italia-, y en una inversión adecuada, China se ha convertido en el líder mundial en genómica y biotecnología de álamos para mejorar la resistencia a los agentes bióticos y la calidad de la madera, aumentando así la productividad y la contribución de estos árboles al desarrollo rural.

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