08 mayo 2010

Generar empleos forestales para impulsar la economía y construir un futuro verde

visto en fao.org

La creación de empleos por medio de las actividades forestales ha tenido un papel importante para enfrentar la recesión en varios casos.

El Cuerpo de conservación civil (CCC), fundado en los Estados Unidos de América, en 1933, fue uno de los programas más populares del new deal (nuevo acuerdo) para ofrecer alivio y recuperación tras la Gran Depresión. El CCC reforestó los bosques maderables, combatió contra incendios, construyó carreteras públicas y dio mantenimiento a los parques públicos. El capital construido durante este tiempo ha suministrado una base sólida para la conservación y la ordenación de la naturaleza estadounidense. Muchos otros países (por ejemplo Nueva Zelandia) emprendieron obras de embosquecimiento y repoblación forestal como estrategia para enfrentar el alto nivel de desempleo durante el mismo período.

La mayor parte de los bosques en Japón fue establecida como parte del programa de reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial. Durante la guerra, los bosques japoneses fueron talados indiscriminadamente. Las inversiones posguerra, en estas plantaciones, ayudaron a mejorar la cubierta vegetal nacional y, al mismo tiempo, suministraron empleos importantes a las comunidades locales.

En India, el empleo en el sector forestal es una de las prioridades de la Ley nacional de garantía del empleo rural (véase el artículo de Matta, en este número), aprobada en 2005. Esta ley garantiza 100 días de empleo a todos los miembros adultos desempleados de las familias. El embosquecimiento y la lucha contra la sequía son parte integral de esta ley. Durante el período 2006-2008, esta legislación, con un costo de 6 mil millones de USD, logró crear 2 300 millones de días-persona de trabajo para los hogares rurales en una gran variedad de bienes rurales. Reconociendo su impacto positivo, el gobierno ha incrementado el desembolso para 2009-2010 a unos 8 mil millones de USD.


El desempleo en rápido avance y sus consecuencias sociales y económicas son una enorme preocupación para los países que están enfrentando la crisis económica actual. La gestión forestal sostenible podría volverse un componente fundamental para los esfuerzos de creación de empleos y ofrece ventajas únicas para cumplir con algunos objetivos económicos, sociales y ambientales.

Las inversiones públicas dirigidas podrían crear unos 10 millones de nuevos empleos en el embosquecimiento, la reforestación, la ordenación de los bosques naturales, el establecimiento y ordenación de las áreas verdes urbanas y periurbanas, el mejoramiento de las cuencas hidrográficas, la protección contra incendios de los bosques y la construcción de carreteras, caminos y sitios de recreo.

Estas inversiones podrían destinarse a absorber a trabajadores desempleados o recientemente despedidos, incrementando sus ingresos y el consumo, contribuyendo a atenuar la espiral económica descendiente. La mayor parte de estos empleos surgirían en las áreas rurales donde contribuirían a mejorar los niveles de vida.

Más importante aún, estas inversiones podrían ayudar a reconstruir los activos naturales que han sido gravemente agotados en el pasado. El desempleo y la falta de ingresos son los factores principales que han contribuido a la deforestación y a la degradación forestal en muchos países. El empleo en la ordenación forestal sostenible conlleva dos beneficios: mientras se construyen los activos naturales, se reduce la deforestación y se disminuye la degradación que a menudo ocurren cuando se carece de otras oportunidades de generación de ingresos. Sobre la base de los costos actuales de las actividades sostenibles de ordenación forestal, se podrían crear unos 10 millones de empleos, se podría restaurar o mejorar de 8 a 10 millones de hectáreas de bosques y de tierras boscosas, revirtiendo la deforestación y atenuando la degradación. Estos empleos reforzarían también la ordenación de las áreas protegidas, mejorarían las cuencas hidrográficas, crearían nuevas áreas verdes urbanas y periurbanas y reducirían la ocurrencia de incendios.

El establecimiento de nuevos bosques y terrenos boscosos y el mejoramiento de la ordenación de los bosques existentes contribuirían directamente a la mitigación del cambio climático y a la adaptación a sus efectos. Tanto la reducción de la deforestación como el establecimiento de nuevos bosques plantados y de los bosques agrícolas mejorarían la captación y almacenamiento del carbono. Una mejor gestión del combustible podría reducir la incidencia y gravedad de los incendios forestales, contribuyendo aún más a la reducción de las emisiones de carbono.

El empleo en las actividades forestales puede ofrecer una solución de emergencia muy necesitada. Con la reconstrucción de los recursos naturales y un mejor suministro de bienes y servicios, se allanaría la vía hacia los empleos a largo plazo. Algunos países ya han incluido los bosques como componente importante de sus actuales paquetes de estímulo para la economía, con una atención particular en la creación de empleos. La intensificación de estos esfuerzos, en todos los países, podría tener impactos económicos, sociales y ambientales positivos. Los nuevos empleos se pueden adaptar a las condiciones específicas de cada país, aprovechando plenamente los recursos locales y las capacidades
institucionales.

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