21 julio 2013

La lagarta peluda (Lymantria dispar) lleva afectadas más de 100 ha en montes de León.

Lymantria dispar . Fuente: entomart.be


Es como si la primavera y el otoño se estuvieran dando la mano en los montes de Fresnedo (Cubillos del Sil). De un lado, la mata de pinares frondosos que se corresponden a la época del año en el que nos encontramos, y, frente a esta, una «masa pelada» de troncos que le va comiéndole terreno día a día, y que amenaza con dar jaque mate a una de las zonas de mayor riqueza forestal de la comarca del Bierzo.

Y es que la expresión «comerle terreno», en este caso, define mejor que nunca lo que está pasando en estos montes. Un ejército de orugas está devorando literalmente las plantaciones de pinos radiata (Pinus radiata) que hay en la zona y se está empleando con una virulencia tal que hasta ha sorprendido a los más viejos del lugar.

«Lagarta peluda» nombre vernáculo con el que se conoce a la Lymantria dispar se ha extendido con una especial saña por un centenar de hectáreas en la zona. Rompiendo todas las previsiones de los expertos, el ataque parece lejos de amaninar. «Son como el caballo de Atila, por donde pasan dejan un paisaje desolador» afirma el alcalde de Cubillos del Sil, José Luis Ramón, quien está recibiendo las quejas de los vecinos «que están muy preocupados porque ven que pasa el tiempo y el avance no cesa».

Y es que esta plaga no se está ateniendo a los cánones establecidos. Además de la ferocidad con la que se están empleando, también ha sorprendido que hayan mutado la base de su alimentación. Si lo habitual es que se alimenten de espécies arbóreas más frondosas como los encinos, castaño o los alcornoques en esta ocasión han centrado su dieta los pinos.

Sin que los predadores naturales de la «lagarta peluda», himenópteros como las avispillas o coleópteros como los escarabajos puedan frenar su avance, éste continúa hacia un lugar de especial valor medioambiental como es el alcornocal de Cabañas Raras.

«Hubiera sido muy fácil controlarlas cuando se detectó el foco en una entresaca que se hizo hace un tiempo, pero entonces decidieron no fumigar y ahora se les ha ido de madre» apunta un vecino. Entonces la presencia de la «lagarta peluda» estaba localizada en cuatro hectáreas de este monte. Ahora el número de ejemplares de pinos radita afectados por este ataque superan fácilmente los setenta mil ejemplares, según los cálculos que realizan los propietarios de las plantaciones.

Estos no ocultan su preocupación por el futuro que les aguarda a los árboles que están sufriendo el ataque. «Están pelados. Están sufriendo un estrés que, con el calor que está haciendo estos días y al encontrase sin hojas, lo normal sería que muchos se secaran. Pero en el mejor de los casos este año habrá crecimiento cero», afirman.

Fuente: diariodeleon.es

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