25 enero 2014

Nuestro más sincero reconocimiento a la serie documental «El Bosque Protector»



Queremos hacer un sincero y sencillo reconocimiento a la serie documental, producida por Radio Televisión Española y la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), llamada «El Bosque Protector» que emite TVE,  y que se puede ver a través de los siguientes enlaces:


Además la UPM dispone de un canal en Youtube donde se pueden ver los capítulos ya emitidos.

A lo largo de la serie documental nos muestra la importancia de los bosques en nuestra vida y que de alguna manera, los forestales, entre los que me encuentro, han ayudado a que mantengamos esta riqueza.


A continuación transcribimos la presentación que hacen en su página web definiendo muy bien sus contenidos y objetivos:

Su andadura comenzó en 2002, con el objeto de mostrar la importancia de los bosques españoles en la historia natural, social y económica de nuestro país. Desde entonces hasta hoy se han emitido 23 capítulos(1) y otros 15 se encuentran en realización . Sus contenidos reflejan la incidencia negativa del hombre desde los tiempos más remotos hasta nuestros días. El bosque, el protagonista de la serie, nos guía por los rincones más bellos de España, y se revela siguiendo sus propias leyes naturales para recordarnos que no debemos vulnerarlas.

La fragmentación del área natural ocupada por el bosque llegó la pérdida de biodiversidad, las poblaciones de fauna se vieron separadas y con ello uno de los principales factores quemas dificultan su conservación. Probablemente en todas las épocas hubo voces que alertaron de la excesiva explotación de los bosques ibéricos, sin embargo, otros intereses primaron sobre el meramente conservacionista, siendo pocas veces compatibles mantenimiento y aprovechamiento.

La situación geográfica de la Península confiere un carácter límite a la mayor parte de nuestros montes. A este hecho se le suma el que nuestro territorio ha estado sometido al paso de distintas civilizaciones que han utilizado el bosque como una fuente de alimentos y materiales sin ningún criterio de sostenibilidad. A medida que aumentó la población, se roturaron grandes superficies en beneficio del cultivo extensivo de secano y aumento la cabaña ganadera hasta hacer inviable la regeneración del bosque. A todo esto, y durante el primer milenio d.C. se favoreció la táctica de la tierra quemada. Además, las minas, la metalurgia y la construcción naval, que de manera ininterrumpida demandaron madera, terminaron por esquilmar los maltrechos bosques españoles.

A mediados del siglo XIX una falsa política de desamortización, produjo uno de los mayores desastres ecológicos de lo que quedaba. Fruto de ello, el Cuerpo de Ingenieros de Montes comenzó una campaña de sensibilización que dio lugar al primer Catálogo de Montes de Utilidad Pública y con ello al primer movimiento de conservacionista de los bosques españoles.

El monte español está muy modificado, fragmentado y deteriorado, y hoy ocupa una pequeña parte de lo que fue. La influencia antrópica en la Península ha cambiado de forma tan drástica el paisaje natural, que podemos afirmar, que ni un solo rincón de nuestros bosques se ha librado de la presencia del hombre en mayor o menor grado.

La influencia de los bosques en el medio ambiente y el clima son factores que exigen una toma de conciencia pública que estimule acciones decididas, tanto del sector público como del sector privado tendentes a la reforestación con especies adecuadas a cada entorno y a la racional conservación de lo existente, con la vista puesta en el largo plazo que exigen los procesos de restauración de la cubierta vegetal.

La regeneración de los suelos a través de estas políticas del sector público y de los propietarios privados contribuirá a frenar el proceso de desertificación, que por otro lado avanza en nuestra península con carácter alarmante.

Por todo esto, y apoyándonos en una base documental fotográfica y audiovisual muy amplia, a través de los capítulos se cuenta la historia de los bosques españoles, así como las particulares vicisitudes de su flora y fauna.



(1)(nota: ya van por más de 30)


21 enero 2014

Participación pública del Anteproyecto de Ley que modifica la Ley 43/2003 de Montes

El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha preparado un Anteproyecto de modificación de la Ley 43/2003 de 21 de noviembre, de Montes.

En la nota de prensa publicada por el Ministerio dice lo que sigue:
 
En el décimo año desde su primera aprobación se ha venido acumulando experiencia en su aplicación, detectando en este periodo algunos aspectos mejorables, otros que han sido superados por el propio desarrollo de la legislación nacional y autonómica, otros que se han mostrado plenamente eficaces y por último otros que conviene avanzar un poco más en su desarrollo, tanto del texto originalmente aprobado en 2003 como de su primera modificación realizada en 2006. Por ello ha llegado el momento de realizar modificaciones en estos sentidos, con el fin de tener el mejor instrumento posible para la gestión sostenible de las masas forestales españolas.
  • Adecuación de la legislación forestal a su inclusión explícita dentro del mundo rural, no sólo como cuestión de tipo ambiental, sino como elemento de desarrollo económico y social.
  • Hacer efectiva la gestión forestal sostenible y, como parte de ella, la protección de los montes frente a incendios, incorporando entre otros factores instrumentos de gestión adecuados para todo tipo, extensión y complejidad de las masas forestales.
  • Simplificar, sin pérdida de rigor, los trámites administrativos precisos para poner en práctica la planificación del monte. Regulación de la gestión de algunos tipos de monte de titularidad incierta, como vía para su reactivación económica y su protección frente a incendios.
  • Fomento de la agrupación de propiedades forestales como vía para que se puedan gestionar y proteger Regulación básica de algunos aspectos cinegéticos con trascendencia en más una Comunidad Autónoma.
  • Establecer las obligaciones y las sanciones correspondientes a la lucha contra la tala ilegal, que requieren rango de Ley.
El plazo para presentación de observaciones es hasta el 17 de febrero inclusive, en el correo electrónico dgdrypf@magrama.es

Documento: Anteproyecto de Ley que modifica la Ley 43/2003 de 21 de noviembre, de Montes
 

20 enero 2014

Los olmos producen frutos sin simiente para 'engañar' a los devoradores de sus semillas


Decir que un olmo está dotado de cierta inteligencia sería mucho decir, pero sí  puede asegurarse que atesora aquel instinto que lo ha conducido a preservar su especie con cierto  ingenio. Un estudio desarrollado en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) por Ramón Perea, Martin Venturas y Luis Gil, profesores e investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes, concluye que los olmos producen frutos sin semilla que ayudan a engañar a la fauna, logrando así salvar muchas de sus semillas viables.


Esta especie vegetal es capaz de producir una ingente cantidad de frutos (sámaras) que no contienen semillas. Además estos frutos vacíos  permanecen en el árbol por más tiempo que los llenos. Esta estrategia supone que los animales granívoros, como jilgueros, verderones, o picogordos, tengan que invertir más tiempo y energía en encontrar un fruto con simiente.

Cada árbol y cada ramillo presentan una gran variación en la proporción de frutos sin semilla, que varía también según los años. Esta imprevisibilidad aumenta la dificultad de localizar semillas llenas y, por tanto, disminuye la eficiencia de aves y roedores a la hora de consumirlas. Todo ello se debe a una evolución de miles de años de competición en que los olmos y los consumidores de sus frutos juegan a demostrar quién es más listo.

Los autores del estudio, que forman parte del Departamento de Silvopascicultura de la UPM, califican de “asombrosa originalidad y de gran eficiencia” los mecanismos que este árbol emplea para extender su prole. “Al contrario que otras especies vegetales que han desarrollado estructuras costosas que dificultan la accesibilidad a los animales (por ejemplo, frutos con espinas o con cáscaras endurecidas), la estrategia del olmo podría ser la de producir frutos sin grano (poco costosos) y mantenerlos en el árbol durante toda la época de dispersión”.

El caso del olmo es un caso particular porque sus semillas están adaptadas a la dispersión por el viento y el agua, no por los animales. Los frutos son muy ligeros y están dotados de unas estructuras que actúan como alas, lo que permite que la semilla vuele por más tiempo en su caída al suelo o flote en el agua y, en consecuencia, sea desplazada a mayor distancia. Tales particularidades no impiden que las semillas sean muy apetecidas por la fauna, aclaran los investigadores. “Y, así, con la producción de frutos sin semilla (partenocarpia), este árbol ha conseguido disminuir el consumo masivo de sus semillas por animales”.

A unos grandes ahorradores como son los individuos de esta especie se les podría achacar cierto despilfarro al producir frutos que no sirven para la reproducción. Sin embargo, este derroche energético no es tal. En la investigación, liderada por Luis Gil y publicada en la revista Plos One, se muestra que el coste energético de producir frutos sin semilla es, de media, un 54% menor que el de frutos con semilla en términos de biomasa seca y hasta un 128% menor en términos de nutrientes esenciales como el nitrógeno. “Estas diferencias permiten explicar por qué es energéticamente rentable para el árbol invertir en la producción de frutos sin semillas, ya que esta estrategia disuasoria aumenta la probabilidad de que más semillas viables escapen del fatal consumo por los animales”.

Vulnerables a la grafiosis

A pesar de todos sus recursos, los olmos son tremendamente vulnerables a la grafiosis. Esta enfermedad es un enemigo microscópico, un hongo propagado por los escarabajos. Se estima que el 99% de los ejemplares de gran tamaño de la especie olmo común han sucumbido a la enfermedad.

Los investigadores recuerdan, sin embargo, ejemplares grandiosos que perviven en Madrid o sus alrededores: El Pantalones, en el Real Jardín Botánico de Madrid; un ejemplar en el Parque Quinta Fuente del Berro; dos en Somontes (Madrid); el de la plaza Mayor de Guadarrama; uno en Nuevo Baztán, y el Olmo de los Milagros, de Cubas de la Sagra. Pero cabe señalar que estos ejemplares no son resistentes a la enfermedad, ya que cuando se han inoculado clones propagados de ellos presentaban elevados niveles de marchitamiento.

La recuperación de las olmedas de olmo común podría realizarse en un futuro con los siete clones resistentes obtenidos en el marco del Programa Español del Olmo (UPM- Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente), apuntan los investigadores. Al referirse a esta cuestión, destacan la olmeda del monte de Valdelatas, una de las mejores conservadas de España. Esta olmeda está constituida por ejemplares de olmo blanco europeo (Ulmus laevis Pallas), especie que es muy vulnerable a esta enfermedad, pero que raramente es infectada debido a las preferencias alimenticias de los escarabajos que la transmiten, que prefieren el olmo común (Ulmus minor Mill.). Es decir, estos ejemplares de Ulmus laevis no son resistentes a la enfermedad, sino que sobreviven por un efecto escape.

El régimen de propiedad y los aprovechamientos de este monte son, para los investigadores, los principales factores que han permitido que la olmeda se haya preservado tan cerca de la capital. “El bosque de Valdelatas inicialmente fue un cazadero real y posteriormente fue catalogado como un monte de utilidad pública debido al aprovechamiento tradicional de leñas que realizaban en él los vecinos de Fuencarral y Alcobendas. Por ello, fue incluido en la Clasificación General de Montes Públicos en 1859 y fue exceptuado de la desamortización en 1864. De esta manera, este monte se ha salvado de la transformación agraria y urbanística. Más recientemente, pese a la desaparición de los afloramientos de agua y el descenso de los niveles freáticos debido a la sobreexplotación del acuífero de Madrid, esta olmeda se ha mantenido gracias al aporte constante de agua por parte de dos estaciones depuradoras de aguas residuales”.


Entre las otras olmedas que han sido objeto de su estudio, los investigadores destacan el interés de los olmos blancos de Quitapesares (Palazuelos de Eresma), aunque tras la entrada de la grafiosis casi no quedan olmedas de olmo común (Ulmus minor) con árboles de gran tamaño.  “La mayoría están formadas por rebrotes de cepa que cuando alcanzan cierto tamaño sucumben a la enfermedad”, afirman. “Aun así, hay una olmeda en Rivas-Vaciamadrid (Madrid) que, pese a estar constituida por genotipos susceptibles a la enfermedad, mantiene un número considerable de ejemplares maduros. En cuanto al olmo de montaña (Ulmus glabra Huds.), cabe mencionar que quedan numerosas poblaciones, aunque esta especie no forma olmedas sino que suele ser una especie acompañante en bosques mixtos”.

Las tres especies de olmos autóctonas en la península Ibérica son especialmente vulnerables al estrés hídrico. El cambio climático es una sombra más que amenaza la pervivencia de estos árboles emblemáticos. Los períodos de sequía más acusados y prolongados que prevén los modelos de cambio climático para la Península no auguran nada bueno y podrían comprometer la supervivencia de sus poblaciones.

Pero también hay otros motivos de lamento. “La mayoría de los bosques que ocupaban las riberas y llanuras de inundación de los ríos han sido transformados en pastos, tierras de cultivo, campos de golf o urbanizaciones, o se han visto afectados por la industria extractiva de áridos o por el control hidrológico de los ríos. Es, por ello, que el mayor riesgo para estas especies es la transformación del medio por parte de las actividades humanas y no el cambio climático”.


PEREA, R.; VENTURAS, M.; GIL, L. “Empty seeds are not always bad: Simultaneous effect of seed emptiness and masting on animal seed predation”. Plos One 8(6): e65573. 2013.


Fuente: UPM

13 enero 2014

Espacios Naturales Protegidos en España



Espacios Naturales Protegidos (ENP) en España a fecha de diciembre de 2012

  • Superficie total protegida como ENP: 6.760.522,67 hectáreas
  • Porcentaje de superficie protegida sobre el total: 12,38 %
  • Comunidad Autónoma con mayor poncentaje de superficie protegida: Islas Canarias con el 40,61 %
  • Comunidad Autónoma con mayor superficie protegida: Andalucía con 1.679.069,40 hectáreas y el 18,56 % del territorio declarado como ENP

Espacios declarados hasta diciembre de 2012


Autoridad CompetenteNº de EspaciosSuperficie marinaSuperficie terrestreTotal generalSuperficie autonómica (ha)% terrestre protegido
 Andalucía16352.855,881.626.213,521.679.069,408.761.545,8518,56
 Aragón230,00157.907,30157.907,304.773.080,103,31
 Cantabria*372.910,63152.022,44154.933,07531.367,3228,61
 Castilla y León*260,00717.626,03717.626,039.422.714,937,62
 Castilla-La Mancha1100,00580.215,26580.215,267.941.031,227,31
 Cataluña26478.710,18989.967,971.068.678,163.220.514,8030,74
 Ciudad Autónoma de Ceuta00,000,000,001.980,740,00
 Ciudad Autónoma de Melilla00,000,000,001.394,630,00
 Comunidad de Madrid90,00110.149,73110.149,73802.557,7813,72
 Comunidad Foral de Navarra1230,0084.942,4584.942,451.038.580,258,18
 Comunidad Valenciana29714.156,27241.647,05255.803,322.327.040,6710,38
 Extremadura560,00314.028,14314.028,144.167.919,047,53
 Galicia9941.170,87357.657,37398.828,242.967.885,7212,05
 Illes Balears8127.572,7872.817,18100.389,96501.622,5914,52
 Islas Canarias14635.843,91302.253,74338.097,65744.327,9140,61
 La Rioja80,00166.417,74166.417,74504.133,3033,01
 País Vasco414.137,3599.064,40103.201,75722.169,7613,72
 Principado de Asturias*560,00232.444,30232.444,301.061.093,6721,91
 Región de Murcia131.734,5359.911,1561.645,681.131.314,915,30
 MAGRAMA1236.144,510,00236.144,510,000,00
TOTAL GENERAL1.551495.236,926.265.285,756.760.522,6750.622.275,2012,38
* El Parque Nacional Picos de Europa está contabilizado una vez en cada Comunidad Autónoma pero no en el total nacional

Los anteriores datos no incluye espacios de la Red Natura 2000, exclusivamente Espacios Naturales Protegidos (ENP)

Fuente de la información: MAGRAMA

Lombrices, trufas y bosque en colaboración para la fijación de Carbono

Truffe natureEl modelo, que ha sido desarrollado por un grupo de investigación de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), muestra cómo ciertas especies de hongos (como trufas, boletos o níscalos), asociados a las lombrices de tierra, desarrollan un mecanismo de ingeniería ambiental con el que incrementan los niveles de calcio y sus sales entre las raíces de los árboles, lo que produce un aumento en la micorrización de los árboles y en el desarrollo del bosque. Este fenómeno parece que sucede a gran escala en los bosques templados del planeta, lo que puede tener una fuerte repercusión en la fijación del carbono y en la gestión forestal.

Uno de los enigmas que encierra la rizosfera de muchos bosques es la acumulación de calcio y sus sales (carbonatos y oxalatos) entre las raíces de los árboles. Este fenómeno sorprende debido a su magnitud a escala global, por las características de muchos suelos donde se produce, y porque podría tener un impacto en la fijación del carbono. Sin embargo, los mecanismos que explican este proceso no habían sido clarificados hasta ahora.

Recientemente, un grupo de investigadores de la Universidad de Lausanne ha propuesto un interesante modelo de transformación de la luz del sol en rocas a través de un proceso de biomineralización. Se trata de un fenómeno raro originado por una interacción entre el oxalato y el carbonato de calcio de la rizosfera, que estaría promovido por la fotosíntesis y actividad de las raíces de un árbol africano (el iroko) y la disponibilidad de calcio en el suelo, junto a la acción cómplice de las termitas y los hongos saprofíticos que se asocian a este árbol. Así, el modelo del iroko representaría un ecosistema-trampa del carbono que fijaría este elemento a largo plazo en forma de carbonato en su rizosfera.

En paralelo, el grupo de investigación de la UPM Defensa y Aprovechamiento del Medio Natural ha propuesto otro modelo de fijación del carbono asociado al calcio (Ca) y a diversos hongos ectomicorrícicos (ECM), que son un tipo de micorrizas que dominan en los bosques templados y que incluyen a las trufas, boletos, níscalos y otros hongos populares. El modelo del Ca-ECM también estaría asociado con otros organismos presentes en la rizosfera —como las lombrices— en bosques europeos y norteamericanos. Este modelo sería comparable al modelo del iroko porque ambos relacionan el calcio y sus sales presentes en el suelo, junto a la luz del sol (a través de la fotosíntesis) y junto a una interacción entre plantas-hongos-animales del suelo, con el objeto de explicar una parte de la fijación del carbono en los bosques.

‘Simbiosis tramposa’

Las micorrizas son simbiosis mutualísticas entre hongos y plantas que implican un intercambio entre los nutrientes que obtienen los hongos del suelo y los nutrientes que producen las plantas con la fotosíntesis. Sin embargo, en determinadas condiciones ambientales (nichos favorables para las plantas) o evolutivas (ecosistemas desfavorables para los hongos), las plantas minimizan o evitan la micorrización. El modelo del Ca-ECM propone que los hongos establecen una simbiosis tramposa en la que las ECM manipulan las propiedades del suelo entre las raíces para forzar la micorrización y la explotación de los árboles.

Diversos estudios del grupo Defensa y Aprovechamiento del Medio Natural han mostrado cómo ciertas ECM desarrollan un mecanismo de ingeniería ambiental con el que incrementan los niveles del calcio (y sus sales) y/o del grado de acidez en el suelo entre las raíces de los árboles, todo lo cual potencia el desarrollo de las raíces finas e induce un estrés nutricional en estos árboles (cuyo efecto se conoce como clorosis). Este mecanismo está relacionado con el reciente descubrimiento de que las ECM buscan, localizan, penetran y disuelven ciertas rocas de manera selectiva, para extraer su calcio y otros nutrientes como el fósforo, en una actividad conocida como rock-eating. Además, existe una sinergia entre estos hongos ECM y las lombrices de tierra, lo que provoca un incremento todavía mayor en los niveles de carbonato de calcio y acidez entre la raíces de los árboles. El efecto final de todo este mecanismo de ingeniería ambiental es un incremento en la micorrización de los árboles y en el desarrollo del bosque.

Los suelos y bosques esconden claves que incrementarán la comprensión del ciclo del carbono y su fijación a escala global. Desde hace años, diversos investigadores de los departamentos de Ingeniería Forestal y Silvopascicultura de la ETSI de Montes estudian estas claves y, además, jóvenes ingenieros de la UPM han iniciado actividades profesionales relacionadas dirigidas al balance y fijación del carbono.

Fuente: UPM

09 enero 2014

Confirman dos linajes genéticos de ciervo ibérico, resultado de la última glaciación


Un estudio publicado en la revista 'Biodiversity and Conservation' asegura la existencia de dos linajes genéticos de ciervo ibérico en España. En el trabajo han participado investigadores del Grupo de Investigación Biología y Etología de la Universidad de Extremadura (UEx), Juan Carranza Almansa y José Luis Fernández-García, entre otros, y ha contado con la colaboración de la Universidad de Granada y del Instituto ISPRA de Italia.

El hallazgo ha sido realizado gracias a la utilización del ADN mitocondrial de la especie, y se han identificado dos linajes de ciervo ibérico con un grado de divergencia genética importante entre ellos, originados en las poblaciones que permanecieron aisladas durante la última era glaciar ocurrida entre 20.000 y 14.500 años atrás.

Para el autor de la investigación, este hallazgo contribuirá al conocimiento de la especie y de su diversidad genética dentro de la península ibérica y en Europa, e influirá en el establecimiento de prioridades y ámbitos de aplicación en planes de conservación de la diversidad genética.

Además, permitirá estimar el papel que los seres humanos han jugado y juegan en la alteración del patrimonio genético por hibridación con ejemplares foráneos, según informa la UEx.

Un estudio para proteger a los ciervos europeos

 Según destaca, la investigación surgió a raíz de la recomendación de la IUCN (International Union for Conservation of Nature) de esclarecer mediante investigación sistemática la historia y la genética de todas las poblaciones de ciervos europeos para establecer Planes de Gestión Europea que protejan su integridad genética.

Inicialmente, la investigación "tenía como objetivo estudiar el ciervo ibérico como una subespecie de ciervo", sin embargo, durante la fase de documentación del estudio, los investigadores encontraron referencias que sugerían varios grupos de diferentes de ciervos y, en algunos lugares sin determinar, la presencia de contaminación genética por hibridación con otros ejemplares de ciervos europeos no autóctonos.

Según el investigador de la Facultad de Veterinaria, "los resultados fueron una sorpresa", ya que desde hace unos años se venía hablando de la subespecie ibérica en singular (Cervus elaphus hispanicus), pero estaban muy de acuerdo con los postulados del naturalista Ángel Cabrera, quien a principios del siglo XX catalogó a partir de sus diferencias fenotípicas todas las especies y subespecies, o razas geográficas, de mamíferos en España y Portugal, entre ellos el ciervo.

En ese sentido, ha recordado que sin datos genéticos y solo unos pocos datos fenotípicos los científicos naturalistas de finales del siglo XIX y principios del XX "ya entendían que los ciervos de la península podrían ser agrupados en dos subespecies localizadas en las marismas del Guadalquivir, una de ellas, y en ciertos cotos de Toledo, otra de estas subespecies".

Señala la UEx que el ADN mitocondrial y su modo de evolución hacen de él una molécula "ideal para el análisis de las filogenias y la distribución espacial de los linajes de las especies animales". Así, explica que la reconstrucción de la filogenia del ciervo ibérico a través de las mutaciones en la secuencia del ADN mitocondrial y su comparación con las de otros ciervos europeos ha permitido determinar dos linajes genéticamente divergentes.

La magnitud de la diferencia entre ambos grupos es similar o incluso superior a la que existe entre ellos y otros grupos genéticos de Europa del Norte, donde se encuentran las subespecies de ciervo más emparentadas con los ciervos ibéricos.

Las características de un linaje han aparecido casi exclusivamente en el sur-oeste peninsular que incluye buena parte de Extremadura, mientras que la otra familia genética está situada más hacia el nordeste de la península.

La última glaciación

En el caso de la península ibérica donde las barreras físicas no son muy importantes, para un ungulado grande como el ciervo, "la única justificación plausible es el aislamiento de diferentes grupos genéticos asociados a una fragmentación geográfica sucedida como consecuencia de la última era glaciar hace aproximadamente 20.000 años", señala.

En la actualidad se conoce que a esta glaciación sobrevivieron grupos de ciervos de la especie Cervus elaphus en algunas zonas de España y también del sur de Francia; en los llamados refugios glaciares.

Así, los dos grupos genéticos de ciervos ibéricos debieron originarse en aquellas poblaciones que históricamente permanecieron aisladas en dos de estos refugios; para luego, al desaparecer los hielos, extenderse también hacia el noroeste de Europa hace unos 10.000 años, aprovechando las nuevas condiciones climáticas, ya más templadas.

Estudios biogeográficos realizados en la última década en diferentes especies vegetales del género Quercus, en insectos como los saltamontes, en micro-mamíferos como el Desmán de los Pirineos y macro-mamíferos como los conejos, especie con orígenes casi exclusivos en la Península Ibérica, demuestran la presencia de diferentes linajes habitando en áreas geográficas netamente separadas dentro de la península ibérica.

"Hoy, los expertos internacionales en fauna son muy sensibles a la polución genética de las poblaciones autóctonas, y animan a los países a promover este tipo de estudios muy útiles para establecer las líneas de actuación en los planes de conservación", ha afirmado José Luis Fernández.

Se trata de estudios "que permitan conservar nuestro rico patrimonio faunístico, haciendo compatible cualquier actividad humana con influencia en la fauna con la conservación del legado genético de los diferentes linajes", ha añadido.

Unos hallazgos que demuestran que no es necesario hibridar nuestros venados para obtener los resultados deseados por los propietarios de cotos. "Nuestros ciervos conservan aún la suficiente variabilidad genética, incluso dentro de los mismos linajes, capaz de garantizar unas características fenotípicas deseables en el ámbito cinegético", ha concluido.

Visto en: 20minutos.es