19 julio 2016

El estado de los bosques del mundo 2016

Los bosques y la agricultura: desafíos y oportunidades en relación con el uso de la tierra
 
Los bosques y los árboles respaldan la agricultura sostenible. Estabilizan los suelos y el clima, regulan los flujos de agua, ofrecen sombra y refugio y proporcionan un hábitat a los polinizadores y los depredadores naturales de plagas agrícolas.

Asimismo, contribuyen a la seguridad alimentaria de cientos de millones de personas, para quienes constituyen fuentes importantes de alimentos, energía e ingresos. Sin embargo, la agricultura sigue siendo el principal factor de la deforestación a nivel mundial y, a menudo, las políticas agrícolas, forestales y de tierras no casan.

En El estado de los bosques del mundo (SOFO) 2016 se muestra que es posible incrementar la productividad agrícola y la seguridad alimentaria y detener o incluso invertir a un tiempo la deforestación. Para ello, se destacan los esfuerzos satisfactorios realizados por Chile, Costa Rica, Gambia, Georgia, Ghana, Túnez y Viet Nam. La planificación integrada del uso de la tierra es la clave para equilibrar los usos de la tierra, respaldada por los instrumentos de políticas adecuados para promover una actividad forestal y una agricultura sostenibles.


Mensajes clave
  • Para satisfacer la creciente demanda mundial de alimentos y otros productos procedentes de la tierra serán necesarios territorios altamente productivos gestionados de forma sostenible.
  •  Los bosques desempeñan una función esencial en el ciclo del agua, la conservación de los suelos, la fijación de carbono y la protección de los hábitats, en particular los de los polinizadores. Su gestión sostenible es crucial para lograr una agricultura sostenible y alcanzar la seguridad alimentaria. 
  • La agricultura sigue siendo el factor más importante de la deforestación en el mundo y es urgentemente necesario promover interacciones más positivas entre la agricultura y la actividad forestal.
  •  Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados por los países en 2015 son “de carácter integrado e indivisible”. Los progresos hacia la agricultura sostenible, la seguridad alimentaria y la gestión forestal sostenible, elementos básicos de los ODS, deberían avanzar en paralelo. 
  • Es necesaria una mayor coordinación entre las políticas sobre los bosques, la agricultura, la alimentación, el uso de la tierra y el desarrollo rural. Igualmente importante resulta disponer de marcos jurídicos claros que rijan el cambio del uso de la tierra, en particular, sistemas de tenencia de la tierra seguros que reconozcan los derechos consuetudinarios tradicionales a hacer uso de la tierra y de los productos forestales.
  •  En las zonas donde la agricultura comercial a gran escala constituye el principal factor del cambio del uso de la tierra, será necesaria una regulación eficaz del cambio, con salvaguardias sociales y medioambientales apropiadas. Las iniciativas de gobernanza privadas, como los sistemas de certificación voluntarios y los compromisos para la eliminación total de la deforestación, también tienen un efecto positivo. 
  • En los lugares en los que la agricultura de subsistencia local constituya el principal factor del cambio del uso de la tierra, se deberían aplicar medidas más amplias de mitigación de la pobreza y de desarrollo rural, así como iniciativas para mejorar la agricultura, la agroforestería y otras prácticas de uso de la tierra a nivel local.
  •  La ordenación territorial integrada proporciona un marco estratégico para equilibrar los usos de la tierra a escala nacional, subnacional y territorial. Esto debería incluir una participación significativa de los interesados directos a fin de garantizar la legitimidad de los planes relativos al uso de la tierra y obtener la aceptación de los interesados para aplicar y realizar el seguimiento de dichos planes. 
  • La seguridad alimentaria se puede lograr mediante la intensificación de la agricultura y otras medidas, como sistemas de protección social, en lugar de con la expansión de las zonas agrícolas a expensas de los bosques.




Fuente: FAO

04 julio 2016

Recomendaciones básicas para evitar los incendios forestales



El Ministerio de de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en el inicio de la campaña de verano, quiere concienciar a la sociedad del daño que producen los incendios forestales, y el importante papel que juegan los códigos de conducta y hábitos en la prevención de estos siniestros.

Para ello ha elaborado unas recomendaciones fundamentales, para extremar al máximo las precauciones en aquellas actividades que pudieran provocar el inicio de un incendio.

A este respecto, el Ministerio recuerda que el 95 por ciento de los incendios forestales se deben a la acción humana. Descuidos o despistes, imprudencias, falta de atención, irresponsabilidad o su provocación de forma intencionada, son las principales causas de los fuegos que se producen España todos los veranos.

Para su extinción, el Ministerio dedica cada año importantes recursos económicos, materiales y humanos. Por este motivo, resulta fundamental la colaboración de todos los ciudadanos, en el convencimiento de que la mejor estrategia para actuar contra los incendios forestales es, sin duda, evitar que se produzcan.

EXCURSIONES Y ACAMPADAS

La prevención de los incendios es fundamental en las excursiones y acampadas. Por ello es necesario recordar que no se deben tirar colillas encendidas al suelo ni arrojar o dejar basuras fuera de las papeleras, ya que determinados residuos pueden favorecer el inicio de un incendio.

También se recuerda que las hogueras sólo pueden prenderse en zonas y épocas autorizadas. También es recomendable no dejar lámparas encendidas al ausentarse del campamento.

Si el excursionista ve un incendio, lo primero que debe hacer es avisar y pedir ayuda al número de teléfono 112. En caso de que se vea amenazado por el fuego, se recomienda intentar bordearlo y huir rápidamente, procurando no subir por la montaña, ya que el fuego avanza más rápidamente que las personas. En ese caso, lo más conveniente es no cargar con más cosas de las que realmente son necesarias.

En el caso de viajar en un vehículo, se recuerda la prohibición de tirar colillas por la ventanilla u otros objetos que puedan servir de combustible al fuego.

EN LAS ACTIVIDADES AGRARIAS

En la quema de rastrojos, el Ministerio recuerda que se debe solicitar la autorización necesaria y, en todo caso, evitarlas en días de viento fuerte o de sequía. Si se realiza esta actividad, se debe vigilar la quema y no abandonarla hasta no estar seguro de que esté totalmente apagada.

También se debe solicitar autorización en las quemas para la limpieza de los montes, que sólo se podrán realizar en los periodos autorizados y nunca en días de viento o sequía.

EN LAS CASAS DE CAMPO Y URBANIZACIONES

Por otra parte, el Ministerio quiere sensibilizar a los ciudadanos sobre la necesidad de mantener limpios los caminos y las carreteras. Dentro de las viviendas, es conveniente instalar matachispas en las chimeneas y evitar en los jardines la excesiva frondosidad y vegetación seca. Asimismo, se recalca la importancia de mantener siempre limpios los tejados y las chimeneas.

Al mismo tiempo, conviene recordar que, en las proximidades de zonas forestales y en épocas de riesgo, no se deben emplear motosierras, desbrozadoras, soldadores, sierras radiales o herramientas que puedan provocar chispas y, por lo tanto, incendios.

PARTICIPACIÓN EN LA EXTINCIÓN

En el caso de que un ciudadano participe en la extinción de un incendio forestal, el Ministerio recomienda no trabajar nunca aislado y ponerse siempre a las órdenes de la autoridad competente.

Indicar que, cuando un avión va a lanzar agua, hay que procurar protegerse y alejarse de su trayectoria. También es importante apuntar que no se debe arrojar agua a los cables eléctricos.

Fuente de la información: MAGRAMA