07 diciembre 2012

Los recortes limitan la labor investigadora de la Misión Biológica y del Centro Forestal de Lourizán

visto en farodevigo.es

FELIPE SÁNCHEZ - PONTEVEDRA Los recortes presupuestarios de las diferentes administraciones se están cebando con dos de los principales centros de investigación de Galicia, la Misión Biológica, situada en Salcedo, y el Centro de Experimentación y Formación Agroforestal de Lourizán. "Estamos en recesión", se lamenta el director de la Misión Biológica (MBG), Pedro Revilla.

En el caso del primero, la dotación presupuestaria que le asigna el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, institución dependiente del Ministerio de Economía y Competitividad, ha bajado progresivamente desde 2008 hasta la actualidad. Unos recortes importantes que, entre otras consecuencias, supondrá la anulación de todo el programa de contratación de personal para el próximo año. Así pues, los investigadores en fase de formación que trabajan actualmente en la instalación apenas van a tener opción de continuar. "Se van a tener que ir a buscar la vida a otros sitios. Será una fuga de cerebros", vaticina Revilla. La disminución de la plantilla se percibe, sobre todo, en el número de investigadores en proceso de formación, un ahorro inmediato para la administración que, sin embargo, generará daños "irreversibles e irrecuperables", ya que a largo plazo no habrá recambios para la plantilla actual.

En este sentido, "se empiezan a tener mesas vacías", explica el director. "Nuestra finca siempre ha sido pequeña para nosotros, los laboratorios no han sido suficientemente grandes", a pesar de esto, reconoce que, por ejemplo, lo ideal sería trabajar con 18 científicos en plantilla, cinco investigadores más de los que existen en la actualidad. "Hay cosas que podríamos estar haciendo y no las llevamos a cabo porque no hay dinero y estamos perdiendo personal. Tenemos que contraer nuestra actividad", se lamenta.

La falta de liquidez provoca que algunos proveedores duden de la capacidad de pago del centro y empiecen a poner trabas al suministro. "No deben tener motivos para desconfiar porque siempre pagamos. Aunque es cierto que el retraso habitual de la Administración va en aumento", explica Revilla, quien reconoce que "económicamente "cuesta llegar a fin de año" sin acumular facturas.

Para 2013 las perspectivas no son halagüeñas, ya que desde el ministerio han advertido al centro que entrará en un periodo de déficit. Ante este panorama, Revilla reconoce que están obligados a captar más dinero, ya sea a través de las administraciones o de las compañías privadas, una financiación externa que "hasta ahora ha sido bastante buena". "Todo dependerá de nuestra capacidad de reacción", concluye.

Desde el Centro de Experimentación y Formación Agroforestal de Lourizán, institución que depende de la Consellería de Medio Rural, Agustín de la Mata, director de la Escuela de Capataces Forestales, reconoce que debido a los recortes presupuestarios se han visto obligados a suprimir algunos programas de experimentación.

En cualquier caso, según De la Mata, estos ajustes se perciben sobre todo a la hora de cubrir bajas. "Nos falta personal, pero es principalmente por bajas médicas imprevisibles que no han sido cubiertas. Hemos notado un retroceso por la forma de contratar al profesorado", reconoce.

Sin embargo, otras fuentes del centro describen un panorama más desolador tras unos recortes que definen como "estructurales" y que han dejado infraestructuras desocupadas al contar con un personal investigador insuficiente.

Además de la financiación autonómica, el centro acude a diferentes convocatorias de concursos autonómicos, nacionales o europeos. Sin embargo, para poder acceder a estos proyectos es "necesaria la presencia de más doctores".

Algunos investigadores se lamentan de que la crisis particular del centro de Lourizán se remonta a la época del bipartito autonómico, cuando la administración autonómica trató de dejar de lado el sector forestal para crear el primer centro medioambiental de Galicia en el pazo de Montero Ríos.

Aunque reconocen que ahora "al menos hay voluntad de recomponerlo" este cambio de rumbo fallido ha repercutido en el personal del centro.

Por último, el director de la Estación Fitopatológica de O Areeiro (EFA), Pedro Mansilla, también reconoce estar sufriendo recortes desde hace años.

Sin embargo, explica que este centro dependiente de la Diputación ha aumentado su carga de trabajo. "Nos centramos en diagnóstico de plagas y enfermedades. A pesar de la crisis, tenemos más trabajo porque cada vez entran más organismo citopatógenos en los cultivos", apunta el responsable. El hecho de que la investigación se centre en el análisis y mejoras de cultivos, un asunto "práctico", ha propiciado la firma de suficientes convenios públicos y privados como para mantener el número de personal en los últimos años. No obstante, como apunta Mansilla, los recortes se perciben en la posibilidad de contratar de forma indefinida a algunos de los nuevos investigadores. "Ahora es algo impensable", lamenta.

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