24 noviembre 2012

El uso de la información como base de las políticas forestales


Por Peter Holmgren
Comunicar resultados científicos y de investigación, y sus implicaciones, es un desafío tanto para los que los emiten como para los destinatarios. Por un lado, nos esforzamos por contar con pruebas rigurosas y relevantes, y por el otro, de tener un proceso de decisión democrático. Pero aun así, no lo conseguiremos si la comunicación entre ambas partes no funciona o si está repleta de información con escaso fundamento científico. El objetivo es agrupar los resultados relevantes de manera que las consecuencias de la acción (o de su ausencia) sean comprendidas, asimiladas y no se ignoren a la ligera.

Este blog es una reflexión personal sobre las posibles consecuencias de utilizar buena información equivocadamente y, lo que es más peligroso, usar información errónea de modo convincente. Para ello, he tomado prestada la figura de arriba de Gill Petrokofsky, del Instituto de Biodiversidad de la Universidad de Oxford, para ilustrar con un esquema los casos posibles.

Muchas personas, incluyendo académicos, legisladores y personas del “cuarto poder”, cuyo papel principal es la comunicación, se dedican al análisis minucioso de la comunicación de las ciencias que estudian al cambio climático (como por ejemplo, Roger PielkeStephen Schneider). El proceso de evaluación y los informes del IPCC y un amplio corpus científico sientan las bases para alcanzar un consenso científico sobre el cambio climático. Por lo tanto, es desconcertante leer un documento reciente que muestra que algunos canales de información muy influyentes (Fox News y el Wall Street Journal) tergiversan este consenso hasta en el 80 y90% de sus artículos e intervenciones referentes al cambio climático. En mi opinión, este es un caso claro de información deficiente bien utilizada: comunicadores muy influyentes han reunido información engañosa y la han presentado a un público formado en su mayoría por personas sin conocimientos científicos.

Un ejemplo de buena información mal empleada procede de un campo completamente distinto. Como muchos recuerdan, el transbordador espacial Challenger se desintegró poco después de despegar el 28 de enero de 1986. Tal como se describe en el excelente libro de Edward Tufte, los científicos e ingenieros habían llegado de antemano a la conclusión de que hacía demasiado frío para el lanzamiento, basándose en los datos y experiencias de misiones anteriores. Pero estos resultados no fueron comunicados de modo que las personas que tomaban las decisiones comprendieran claramente las implicaciones de un lanzamiento. A pesar de las pruebas existentes, ocurrió el desastre. Este es sólo un dramático recordatorio de que la forma en la que se comunican los resultados puede ser crucial.

Volviendo ahora a la silvicultura. ¿Cuánto éxito tenemos al convencer a los interesados sobre el estado de los bosques y la silvicultura? Hay mucho que leer sobre la relación entre la ciencia forestal y la política forestal, por ejemplo en este documento del IUFRO de 2005.

Pero, más allá del círculo de expertos en política forestal, la percepción del público sobre los bosques y la silvicultura puede ser bastante diferente. Esto ha sido bien estudiado en Europa, por ejemplo en este informe, que presenta una brecha considerable entre la percepción del público y el conocimiento científico consolidado, incluso en hechos bien establecidos como el cambio de la superficie forestal. Dos estudios recientes de CIFOR en Nepal y Papúa Nueva Guinea confirman este panorama. Llegan a la conclusión de que la prensa de estos dos países no informa adecuadamente sobre REDD+, debido en parte a que los periodistas no tienen acceso a información balanceada y verificada.

Así que no podemos asumir que nuestros resultados científicos serán entendidos. Con frecuencia nos centramos en la necesidad de presentar pruebas científicas como tales. Retomaré el tema de las pruebas y las revisiones sistemáticas de la investigación forestal en próximos blogs. El mensaje en este texto es que la comunicación clara y sistemática de resultados tan relevantes también es crucial.


FuenteCIFOR

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