23 noviembre 2014

La caza en Castilla-La Mancha




Castilla La Mancha cuenta con más de 7 millones de hectáreas dedicadas al sector cinegético. Es la comunidad que con diferencia tiene más cotos de caza de toda España. Y ahora asume su papel como destino turístico de primera línea tanto para cazadores nacionales como para los de otros países.

La caza más tradicional, tan arraigada en tierras manchegas, está derivando hacia la explotación comercial de esta actividad. Ayuda a mantener la vida en los pueblos porque genera puestos de trabajo, más de 6.500, y es una fuente de ingresos que se ha saltado la crisis económica, sobre todo gracias a los cazadores extranjeros de alto poder adquisitivo que ven en Castilla la Mancha un paraíso cinegético.

Paraíso cinegético

En Castilla La Mancha están proliferando las fincas dedicadas al turismo cinegético. Organizan cacerías al gusto de cada cliente, según su bolsillo y según sus preferencias con la escopeta. Ofrecen todo tipo de servicios: desde alojamiento y comida hasta la posibilidad de volar desde casa hasta el coto sin tener que pasar por los aeropuertos principales.

Ciudad Real es la provincia que más cazadores recibe y también la que cuenta con un mayor número de aeródromos privados. A estos cazadores se les asegura hasta la caza con animales de crianza si es necesario cuando los silvestres disminuyen.

Pero complacer al cazador en todo puede ser un problema. Para algunos sectores, la caza comercial e intensiva está acabando con algunos animales -como la perdiz roja autóctona- que no resisten la masificación de la caza. Leo tiene una granja de perdices para caza para compensar la escasez de este ave silvestre.

Escasa e impredecible

Para los cazadores más puristas si no hay dificultad no hay caza. Ellos distinguen a los cazadores de los tiradores. Éstos solo pretenden acumular piezas. Añoran otros tiempos en los que abundaba la caza salvaje y en los que no había ánimo de lucro.

En el corazón de Sierra Morena, en Fuencaliente, aún se puede ser un cazador de los de antes para el que la jornada de caza empieza con un buen desayuno entre amigos y donde acabar con un gran trofeo no es lo más importante. Este pueblo es conocido entre los cazadores por la abundancia de ciervos y jabalíes en sus montes. Aquí, cada año se celebra la montería tradicional española. Esteban pasa un año organizando un día como éste.

Buscar un lugar entre alambradas

Sin embargo, en Castilla La Mancha no todo es caza. Hay quien quiere vivir de otra manera y ganarse la vida al margen de la actividad cinegética. Aunque hacerlo sea a costa de chocar frontalmente con los intereses de la mayoría en esta comunidad. José Ignacio pide un lugar para sus casas colgadas en los árboles y los turistas que están en contra de la caza y buscan otra naturaleza. Para él, la caza no es turismo.

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