08 abril 2012

Los montes gallegos y su frágil gestión forestal

Mario Beramendi / La Voz de Galicia
La vulnerabilidad del monte gallego al fuego no puede entenderse sin dos males estructurales que asolan el medio rural de esta autonomía: la pérdida de habitantes por el declive de las ocupaciones tradicionales del campo y la estructura minifundista de la propiedad. Ninguno de estos dos factores, que son determinantes para tener los montes más cuidados y evitar así los incendios, tienen una solución a medio plazo.

¿Cómo está repartido el monte?

En Galicia hay 700.000 personas que son propietarias forestales. Es decir, uno de cada cuatro habitantes. Muchos son dueños de microparcelas, muchas recibidas en herencias, de escaso valor. Como viven en las ciudades, se encuentran abandonadas. Son miles y miles de pequeñas fincas, muchas incluso de propietario desconocido.


¿Cuál es el resultado?

Que Galicia es una potencia forestal infrautilizada. Tiene 700.000 hectáreas deficientemente arboladas. Es decir, un tercio de su bosque es improductivo para las industrias.


¿Qué se ha hecho por reordenarlo?

Poco. O casi nada. En 1992, con el respaldo de todos los grupos, el Parlamento gallego aprobó el Plan Forestal de Galicia, que tenía una vigencia de 40 años y que recogía una inversión anual en el monte equivalente al 3 % del presupuesto autonómico. Desde entonces se ha incumplido. Y el resultado es que la comunidad, 20 años después, está igual pese a ser consciente del problema. La Xunta ha impulsado ahora una nueva Lei de Montes y ha puesto en marcha una nueva figura para atraer inversión privada que permita agrupar parcelas para explotarlas (Sofor)

¿Cuál es el reto?

Diseñar una estrategia a largo plazo que permita modificar la estructura de propiedad para lograr parcelas en las que sea rentable trabajar la madera. No hay mejor prevención contra el fuego. Canadá, Alemania o el País Vasco son ejemplo de ello.

1 comentarios realizados :

Couce dijo...

Ya sé que cuando se habla de gestión forestal el ejemplo nórdico está sobreexplotado, pero voy a correr ese riesgo y poner uno.

Uno de los motivos por los que la gestión forestal en los países nórdicos es un éxito es porque el monte es mayormente propiedad del estado. Pero no siempre es así. En el norte de Suecia (en donde vivo) el bosque es en su mayoría de propietarios privados con pequeñas parcelas. Existe aquí una empresa llamada Norraskogsägarna (Propietarios forestales del norte cuyos dueños son los 16000 propietarios forestales de parcelas de distinto tamaño que, en función de ese tamaño, entran a formar parte de la empresa dejando que esta gestione todo el terreno. Los beneficios de esa empresa se reparten proporcionalmente. Los turnos de corta utilizados son de más de cien años para pino y abeto, por lo que puede ser que incluso una persona nunca vea que se hace nada en su parcela, pero las ganancias de la empresa se repartirán igualmente.

En Galicia, durante la carrera, no dejaban de decirme que el principal motivo por el que no se utilizaban ciertas especies forestales autóctonas para su explotación forestal era por su largo turno de corta. Además de hablar de que el minifundismo era un gran problema. Pues bien, otros modelos con parámetros parecidos son posibles y, en este caso, rentables ¡vaya si son rentables!

Bien es cierto que los modelos no son directamente exportables, no tiene nada que ver el bosque boreal con el bosque atlántico o mediterráneo, pero si nos pueden demostrar cómo es posible hacer las cosas mejor.

Me alegro de haber descubierto este blog.

Un Saludo.

/Blog de Suecia