05 febrero 2008

Granja experimental de cría en cautividad del conejo silvestre en Doñana

visto en RENPA

Sevilla (enero de 2008). Técnicos de la Consejería de Medio Ambiente, bajo la dirección de Carlos Urdiales, llevan a cabo un proyecto de cría de conejos silvestres en Doñana, con la finalidad de ir liberando ejemplares y repoblar zonas donde escasea esta especie, tan importante en la alimentación de otras que se encuentran en peligro de extinción como el lince ibérico o el águila imperial.
Se trata de conejos de la misma subespecie que habita en Doñana, que se capturan en zonas con una alta densidad, para ser después soltados en jaulas habilitadas para ellos: grandes praderas con majanos. En cada una de ellas viven cincuenta ejemplares, con una densidad de un macho por cada cinco hembras, siguiendo fielmente lo que sucede con estas poblaciones en el medio natural.
Estas instalaciones, que llevan cuatro años en funcionamiento, tienen como objetivo la producción de conejos silvestres y el estudio del comportamiento y características de la especie. Para ello se construyeron amplias jaulas -teniendo en cuenta que estos animales en el entorno natural se mueven durante toda su vida en un radio de 50 metros-, divididas en dos áreas para que, en el momento que se agote una parte de la pradera, puedan pasar a la otra mientras se regenera la primera. Además, están techadas, ya que, como explica Urdiales, en el primer año de puesta en marcha de este proyecto, observaron cómo disminuía el número de ejemplares debido a que los conejos eran predados por aves como el búho real.
Cuando los conejos crían, los gazapos son conducidos a otras dependencias, donde viven hasta que consiguen el tamaño y peso ideal para ser soltados en el campo. Al año son liberados unos 500 ejemplares, con la finalidad de conseguir aumentar la densidad en algunos territorios, mejorando además su hábitat para que no busquen zonas de expansión fuera del Espacio Natural de Doñana.
En los cuatro años que la Consejería de Medio Ambiente lleva trabajando en este proyecto, se han liberado 1.800 conejos desde estas instalaciones, que se encuentran junto a las del Programa de Conservación ex situ del Lince Ibérico, y cerca también de otras dedicadas a la malvasía cabeciblanca y al salinete.

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